Por: Laura Marcela Anchico
Hoyos
Correo: laura@lauraanchico.com
Julián David Ramos, Médico
¿Qué puede pasar por
la mente de una persona que no tiene movilidad en sus piernas y que debe que
sobrevivir con su situación? ¿Qué puede pasar por la mente de una madre que se
entera que su hijo nacerá con alguna limitación? ¿Qué influencia tiene el
cuidador en la calidad de vida de una persona con esta condición? ¿Qué es una
discapacidad?
Según el médico Juan
Camilo Suárez Escudero, Especialista en Neurorehabilitación-Rehabilitación
Neuropsicológica-, y quien coordina la Unidad de Neuroreahabilitación del
Instituto Neurológico de Colombia, la discapacidad puede entenderse, como
un déficit estructural que afecta de manera permanente el cuerpo, las
actividades humanas o la participación activa en la sociedad.
(Para saber más
acerca de qué es una discapacidad haga
clic aquí).
Las discapacidades
físicas y cognitivas se han convertido en un problema social, porque algunas personas
con limitaciones de este tipo son rechazadas por la sociedad. Según el sitio
web Trabajando.com, el 64% de las
empresas en Colombia no vinculan personas en condición de discapacidad y de acuerdo con la Secretaría
de Salud de Medellín el 83,1% de la población discapacitada en Medellín que
trabaja se gana menos de 500 mil pesos mensuales.
Según el último censo
realizado por el DANE, en el año 2005 en Colombia había 2.624.898 personas en esta
situación, lo que equivale al 6,4 % de los colombianos. De este porcentaje el 43.9% sufre de alguna limitación física,
el 43.4% discapacidad visual, el 17.3% tiene problemas auditivos, el 13%
presenta problemas para hablar, el 9.4% para atender o aprender y el 9.9% para
relacionarse con los demás, por problemas mentales o emocionales.
¿Cómo es la vida de
una persona que no percibe el mundo a través de sus ojos, de sus oídos o que la
falta de movilidad en sus piernas le impide desplazarse libremente? Quizá es un
interrogante que aquellos que no sufren ninguna limitación se hacen, pero ¿qué siente
quien día a día debe sobrellevar su condición?
Los médicos también
se enferman
Julián David Ramos se
autodescribe como: “introvertido, no muy
amigable y quizá un poco apartado de la sociedad”. Ramos nació en Medellín hace
23 años con un problema genético llamado mielomeningocele, y desde pequeño
quiso seguir los pasos de su tío y cumplir uno de sus mayores anhelos: ser un médico profesional.
Con
dificultades para caminar y con pocos recursos para costearse la carrera
decidió emprender ese sueño que, según él, es “algo gratificante, ya que estoy
haciendo con mis pacientes lo que algún día otros médicos hicieron por mí,
cuando ni siquiera tenía posibilidades de caminar”. Es un apasionado por la música, practica
natación y cuando tiene más tiempo libre le gusta salir a caminar, pues por su
mente sólo pasa esta frase: “hay que valerse de sí mismo para poder sobresalir”.
Julián David recomienda
a las madres gestantes: “es importante que cada
mujer embarazada incluya dentro de su alimentación el ácido fólico, el hierro y
la vitamina D, ya que esto ayuda a que los bebés no nazcan con malformaciones”.
Así
mismo, se refirió a algunas limitaciones físicas y el por qué se presentan: “la
amputación de piernas y brazos, la pérdida de la visión, la cuadriplejía y los accidentes cardiovasculares se
presentan, en su gran mayoría, por accidentes de tránsito, no dejando a un lado
las lesiones que se pueden presentar debido a los ataques con armas de fuego y
a la violencia intrafamiliar”, explicó Julián.
Este
joven enamorado de la medicina dice tener una vida normal, se levanta muy
temprano, se baña, se viste y se dirige a su trabajo para hacer lo que ama.
Cada día que pasa le agradece a Dios por su condición, pues gracias a ella ha
conocido gente maravillosa que le ha enseñado el verdadero valor de la vida.
Otra
mirada a la realidad
La
discapacidad no necesariamente es sinónimo de enfermedad, por el contrario,
para muchos es una oportunidad de ver el mundo con otros ojos, y precisamente ese es el caso de Luisa, Angie
y Lina Macea Alean, 3 hermanas que nacieron con un problema de glaucoma.
Con
todas las ganas de seguir adelante y con un montón de sueños por cumplir, las
hermanas Macea Alean decidieron emprender un camino juntas. Para ellas no hay
obstáculos, ni mucho menos “privilegios”, saben de qué se trata y viven su vida
intensamente. Hace 6 meses flotan llenas de alegría en las piscinas del Complejo
Acuático de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot, cada una por su lado y a su
estilo, pero siempre con un mismo objetivo: ser la mejor.
Ellas
tienen un ángel propio que las acompaña, las cuida, las guía y como mejor lo
expresan: “es los ojos de las tres”, Leidy Lucía, su hermana de 14 años. Cuando
alguna de ellas pide descripción de algo Leidy les cuenta detalladamente qué
sucede, cómo son las personas y qué hay alrededor del lugar donde se encuentran.
Aunque
parecen almas gemelas, y dos de ellas lo son, cada una tiene sus preferencias, a
Angie (15 años) por ejemplo le encanta cuando el profe de natación la pone a
tomar tiempo y a superar su marca, es amante de los chocolates y su color
preferido es el rosa. A Luisa (17 años) le gusta dormir y escuchar música pop,
reggaetton, vallenatos y rap, “cuando empecé la adolescencia me sentí mal por
no ser como los demás, pero ahora disfruto al máximo mi vida, todo lo hago
sola”, dice que no se debe ser desagradecido con lo que se tiene, porque hay
personas que no pueden ver, pero al mismo tiempo no pueden caminar, ni hablar,
ni oír.
Por
su parte Lina (15 años) es una apasionada por el estudio y disfruta escuchando
música pop, indica que le gusta más nadar en estilo libre y espalda.
Las
Macea Alean viven con sus padres, salen juntas, tienen gustos similares y
cursan el grado noveno en el colegio Francisco Luis Hernández Betancur Ciegos y
Sordos. Casualmente tienen algo más en común: una linda voz, cada domingo a las
5:00 y 6:30 de la tarde interpretan canciones cristianas en la parroquia San
Juan Eudes ubicada en el barrio Andalucía La Francia, donde viven.
Mensaje de Leidy Lucía Macea Alean
El
cuidador, vital para un discapacitado
Amparo
Quintero Arcila es la cuidadora de su padre de 70 años, que por causa de un
accidente hace 30 años quedó dependiendo de una silla de ruedas. Luego de
luchar por varios años contra el sistema de salud que cobija a las personas en
situación de discapacidad, Amparo logró que le otorgaran a su padre los
requerimientos necesarios para sobrellevar su condición.
Ella
dice aprovechar los días soleados para hacerle ejercicios en los pies y en las
manos. También comenta que se han venido adecuando más lugares para incluir a
personas con algún tipo de discapacidad, que le gusta mucho llevar a su padre a
sitios donde pueda sentirse cómodo y cambiar de ambiente.
“Aunque
para muchas personas cuidar a sus seres queridos con algún tipo de discapacidad
se convierte en una obligación, para mi es una alegría saber que puedo
aprovechar al máximo el tiempo con mi padre y más que eso, saber que él es
feliz y vive plenamente a pesar de su condición”, expresó Amparo.
¿La
verdad?
Según
la Encuesta Nacional de Demografía y Salud de Profamilia ENDS de 2010, el 7% de
los colombianos viven en situación de discapacidad.
En
un registro de la Secretaría de Salud de Medellín en los años 2009 y 2010 se
identificaron 47.252 personas en situación de discapacidad en la ciudad. “El
50% de las personas en situación de discapacidad considera que los principales
lugares con barreras para su desarrollo o movilidad, se encuentran en las vías
públicas, escaleras, transporte público y en espacio públicos como parques,
plazas, estadios e iglesias, lo cual limita su actividad física y restringe su
participación dentro de la sociedad”, Secretaría de Salud de Medellín.
Así
mismo la
Alcaldía de Medellín afirma que de las 47.252 personas
en situación de discapacidad, el 83% pertenece a estratos socioeconómicos bajos
y con poca formación profesional.
Cualquier
discapacidad, como otras enfermedades, reduce en muchos casos las oportunidades
de quienes la padecen, pero queda claro que tener una limitación no anula a nadie
que así lo decida. Pero también es claro que la administración local debe
trabajar más para brindar más oportunidades e infraestructura a aquellos que
tienen la convicción de salir adelante, que le encuentran sentido a la vida, que
quieren estudiar, trabajar y superarse sin importar cuál es su condición física.
Infografía tomada de http://www.medellin.edu.co/
Vea aquí otras historias que narran cómo se vive en Medellín siendo discapacitado:
Juan Guillermo Rodríguez
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